Este monstruo me lo pidió una tienda de tatuajes. Se me ocurrió darle esas formas que son tan típicas en los tatuajes. De paso se puede colgar donde uno quiera.
Me encargaron unos churros con la idea de que cuando se abriera la puerta los churros la acompañaran sin molestar. Entre churro y churro hay una tela que se mete por debajo de la puerta y tachan!!! Están encantados porque ya no corre aire por debajo de la puerta y encima es divertido.
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